En Área Protegida el tiempo de la negación se ha terminado: los personajes se enferman por el agua contaminada, escasean los animales sin enfermedades y todas las especies corren riesgo por los efectos del cambio climático o por la invasión de la inteligencia artificial. El fin del mundo es la realidad. Por eso La Comunidad, un grupo compuesto por jóvenes ambientalistas, adultos con propuestas espirituales alternativas, niños y mascotas, se ha establecido en un parque natural de la amazonia. El gobierno, sin embargo, que antes ha usado ese territorio para el turismo ambiental promocionando el avistamiento de animales que en realidad son hologramas y favoreciendo el extractivismo minero, quiere desalojarlos. Entre la búsqueda de soluciones desesperadas que cada miembro de La Comunidad tiene, la polarización política de la ciudad y la inminencia de la debacle de la Tierra, Área protegida crea un mundo donde la vida se desborda hacia el conflicto político y hacia la desesperación, pero también hacia la esperanza y hacia la vida después de la vida.