Si confiamos en el viejo proverbio chino, lo extraordinario puede estar en cualquier lado. Aparecerá ante nosotros con sólo sentarnos en silencio a la sombra de los bambúes. Carolina Reymúndez, periodista especializada en viajes y autora de El mejor trabajo del mundo (Südpol, 2013), no le hace demasiado caso al dicho y sale a recorrer países y geografías: de Siberia a Durazno y de Zimbawe a Nueva York. En 25 relatos breves, este libro no sólo cruza fronteras, también atraviesa paisajes, cuenta anécdotas, se llena de nostalgia y transita el tiempo del viaje. Encuentra cosas fuera de lo ordinario, más que por sus propias características por la mirada que las percibe, capaz de ver lo singular en lo cotidiano. La editorial Periplo desarrolló un catálogo de títulos en los que relaciona la gastronomía con otras buenas artes. En Verás cosas extraordinarias invitó a Reymúndez, una de las más destacadas cronistas de viaje de la Argentina, a maridar sus relatos con recetas de la cocinera y curadora de arte Florencia Cillo y las ilustraciones del talentoso Marcos Farina. Un cazador de langostas en Panamá, la lluvia endémica de Galicia, el andar de hierro del Transiberiano, el subdirector de un zoo uruguayo, un viaje en familia por el sur de Italia y el picor del chai en la India, en estos relatos, lo inusual es el detalle. Lo fugaz que permanece, como el comino, como la menta y otros sabores y especias de las recetas de Cillo. Para comer tajine de cordero después de leer sobre Marruecos y preparar pickles de remolacha en el recorrido por Moscú. Pastel de pescado en Senegal, un Manhattan en una lona en el Central Park y quinoa dulce en Salta. Las palabras siempre estuvieron cerca de los fuegos. Un libro para irse de viaje y volver a cocinar algo rico. Las ilustraciones de Marcos Farina, a dos colores y mil imaginaciones, se suman en el rescate de lo extraordinario. La última novedad de Periplo, editorial recientemente destacada por Alija en la última Feria Internacional del Libro por Soy un jardín.