La conciliación crítica del estructuralismo y la hermenéutica se va gestando progresivamente; ambas líneas se van interpelando recíprocamente y van mostrando que los aportes específicos y distintos de la subjetividad de cada línea, son ineludibles e insustituibles. Esta articulación fue inicialmente sugerida por la metáfora, al ser el fenómeno lingüístico que, por un lado transgrede el código en tanto permite la emergencia de lo singular en detrimento de lo convencional- y por otro lado, necesita de éste para poder transgredirlo y para poder ser interpretada por los oyentes, conciliación crítica que es innovadora y hemos denominado: el giro metafórico etho-poiético.